Fechas: 11 y 13 de noviembre de 2025
En esta entrada documento la primera fase de la implementación del proyecto con M, correspondiente a los días 11 y 13 de noviembre. Durante estos momentos de acompañamiento observé su comportamiento en las rutinas, valoré su respuesta a apoyos concretos y registré su participación y autorregulación en contextos naturales del aula, de forma descriptiva y basada en conducta observable.
Esta fase también sirve como preparación para la aplicación de las pruebas de cribado PACBAL, que permiten detectar indicadores tempranos relacionados con lectura y habilidades básicas de aprendizaje.
Descripción de la actividad
Durante la mañana acompañé a M a lo largo de todas las rutinas: entrada al aula, asamblea, actividad dirigida, juego libre, patio, comedor, dormitorio y todas las transiciones entre estos espacios. Durante estos momentos de acompañamiento observé su comportamiento en situaciones naturales, identifiqué momentos críticos, analicé su comunicación funcional, atendiendo siempre a la función que cumplía cada gesto o emisión y valoré su nivel de autonomía en hábitos cotidianos.
Registré toda la información en el cuaderno de observación, atendiendo especialmente a la respuesta ante consignas verbales calmadas, gestos, anticipación y presencia del adulto referente.
Objetivos
Los objetivos planteados para esta fase fueron:
• Identificar rutinas y transiciones más sensibles para M.
• Observar cómo responde a gestos y consignas verbales en contextos reales.
• Analizar formas de comunicación funcional: señalamiento, emisiones verbales (incluyendo ecolalias), contacto físico, elecciones espontáneas, etc.
• Registrar conductas motrices y de autorregulación.
• Establecer una línea base realista para poder valorar progresos en las siguientes fases del proyecto.
Reflexión personal basada teóricamente
Los dos días de observación confirman la necesidad de mantener un enfoque estructurado y anticipado, coherente con los principios del método TEACCH, especialmente en lo referente a estructuración del entorno y anticipación. M necesita localizar a sus referentes para sentirse seguro, especialmente en transiciones, y la presencia coherente del adulto le ayuda a regularse.
La primera actividad es abrir parcialmente las ventanas contando del 1 al 6 (M dijo todos los números correctamente en orden, mostrando atención y motivación).
Luego cantamos 3 canciones:
1) “Bon dia al de matí”; aleteó, saltó de puntillas y participó activamente, mostrando un patrón motor consistente con su forma habitual de autorregularse, aunque se situó fuera del círculo donde debería estar sentado. Este comportamiento se repite habitualmente: es el único que permanece de pie en ese momento.
Después cantamos 2) «Els dies de la setmana» aleteó y saltó de puntillas y abrió la mano para señalar el número correspondiente al día de la semana (lunes 1, martes 2…), al y como muestra la profesora, tras una breve pausa de anticipación.
Después cantamos 3) “Jesusito de mi vida” y al final decimos amén (M no participa activamente, pero atiende de pie a la actividad; le coloco las m
anos en señal de oración y él suele decir amén).
Su participación en la rutina musical matinal es significativa
En cuanto a los apoyos visuales, la observación confirma que deben introducirse gradualmente y con un propósito claro. M ya utiliza un pictograma con una naranja como apoyo para la rutina de dormir, y en el comedor está previsto introducir pictogramas específicos para anticipar que comerá su comida y no la de los demás, un ajuste muy necesario dado que tiene el hábito de coger comida de otros platos o del suelo, en un contexto de alta estimulación sensorial. Este uso selectivo de apoyos visuales se alinea con la justificación teórica del proyecto.
Respecto a la comunicación, utiliza estrategias propias del desarrollo en TEA: lleva la mano del adulto hacia el objeto o la pizarra cuando quiere que realice una acción, lo que indica intención comunicativa clara. Señala, elige colores, vocaliza cuando trabajamos letras y dice números en voz alta cuando los ve. El contacto físico intencional apareció una vez en forma de abrazo espontáneo, lo cual muestra una buena disposición a la vinculación.
A nivel motriz, se observaron saltos, aleteos y caminar de puntillas, especialmente en actividades motivadoras como el baile. No se observaron rabietas ni resistencia al cambio de adulto.
La observación en el patio aporta elementos especialmente relevantes. En la actividad motriz conjunta de las clases de P3 Pingüins i Tortugues, M participó en las carreras sin dificultad: en la primera corrió solo y, en la segunda, buscó mi mirada antes de empezar, un gesto que refuerza la necesidad de referencia estable y anticipación para iniciar la acción.
Tras la actividad, nos sentamos en la mesa de madera tipo picnic, donde trabajamos números en el cuaderno que llevo habitualmente. La llegada espontánea de varios compañeros, situándose muy cerca para escribir, no le generó incomodidad. Cedió el lápiz cuando se lo pidieron y mantuvo la atención en la tarea, lo que muestra que, en contextos motivadores, su regulación emocional es adecuada y puede sostener la interacción con iguales. Este tipo de propuestas manipulativas y motrices parecen actuar como variables mediadoras que favorecen tanto la disponibilidad como la interacción social.
No descarto que la línea que suele dibujar en la pizarra esté relacionada simbólicamente con las carreras en el patio, dado que este gesto aparece tras experiencias motrices estructuradas y podría actuar como representación o recuerdo motor, aunque se mantiene como hipótesis abierta.
Evidencias
Respetando completamente la privacidad, las evidencias recogidas incluyen:
• Participación activa en la canción de inicio, realizando los gestos fuera del círculo.
• Saltos, aleteos y puntillas en momentos de activación sensorial y musical.
• Búsqueda de referente adulto al cambiar de espacio.
• Señalar en la pizarra para elegir color y pedir que yo realice la acción.
• Uso puntual del objeto naranja en la rutina del descanso.
• Nombra letras y números en voz alta durante la actividad, al verlos.
• Cogió comida del suelo o de otros platos en el comedor.
• Participación adecuada en la actividad motriz conjunta y buena regulación en la mesa tipo picnic.
Cambio explícito introducido en la intervención
Inicio de acompañamiento constante en todas las rutinas del día para observar la conducta, comunicación y autorregulación de M.
Introducción de apoyos visuales básicos y pictograma de la naranja para anticipar la rutina de descanso, como primera medida de estructuración y previsibilidad.
Registro sistemático de conductas motrices, ecolalias, interacción con adultos y compañeros, para establecer línea base.
Adaptación mínima de actividades según respuesta de M, manteniendo siempre la rutina intacta para valorar su nivel de vinculación y respuesta a consignas verbales.
Evaluación de la intervención
La evaluación de esta primera fase es positiva. La vinculación avanzó de forma natural: aceptó mi presencia, de forma gradual y consistente, buscó contacto visual en ocasiones y llegó a darme un abrazo durante una de las actividades.
Las consignas verbales calmadas y los gestos mostraron ser efectivos, y será importante mantener esta coherencia. Las transiciones requieren anticipación, ya que depende de localizar al referente para sentirse seguro.
El análisis de esta línea base confirma que la introducción de apoyos visuales en el comedor es necesaria y está justificada, y que la rutina de dormir puede seguir apoyándose en el pictograma de la naranja.
Observaciones personales
Estos momentos de acompañamiento han sido especialmente útiles para comprender la lógica interna con la que M organiza su día. Su interés espontáneo por las actividades musicales y su forma tan característica de comunicarse, coherente con su perfil de desarrollo, me permiten visualizar con claridad por dónde avanzar.
El hecho de que no aparecieran rabietas ni resistencias facilita un inicio de intervención tranquilo y progresivo. El trabajo en patio, recogiendo hojas, nombrando colores o subiendo a un árbol bajo, me permitió observarlo en un contexto más libre y confirmar su curiosidad y necesidad de acompañamiento para explorar.
Esta fase marca el punto de partida dentro del proceso de implementación del proyecto y orientará directamente los ajustes que se introducirán en la próxima entrada.
Recursos, temporalización y responsables
Recursos:
Se utilizaron los espacios habituales del centro: aula, patio, comedor y dormitorio, siguiendo la secuencia diaria de M. Se emplearon apoyos visuales existentes, el pictograma de la naranja para anticipar la rutina de descanso, y materiales manipulativos como lápices y hojas de actividad. La observación directa y el registro continuo en el cuaderno de campo constituyeron el principal recurso de intervención.
Temporalización:
11 y 13 de noviembre de 2025, respetando la rutina diaria completa para valorar la línea base de comportamiento y comunicación de M.
Responsables:
Acompañamiento directo por mi, en coordinación con la profesora del aula para asegurar coherencia en la observación y seguimiento de rutinas.
Debatecontribution 0en TALLER 2: PONERSE EN SU LUGAR
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